“Tips” para detectar a un infiel
Para que aparezca la infidelidad en la pareja, se debe cumplir lo que yo llamo la “Regla de las Cuatro C”: Carencia, Curiosidad, Calentura y Confidencialidad. Carencia, porque nadie es infiel si no siente que falta algo en su pareja. Curiosidad y Calentura es lo que hace que el infiel se sienta atraído hacia otra persona. Y la Confidencialidad de saber que nadie sabrá de su aventura lo decide a ser infiel.
A las mujeres no nos cuesta nada detectar las pistas que van dejando los infieles por doquier. Y a los hombres no les cuesta nada desparramarlas sin cuidado. En el fondo, ellos quieren que los descubras, por tres razones: porque disimular la historia les cuesta mucho trabajo (y ellos son vagos), porque el secreto les pesa en la conciencia (y quisieran sacarse ese peso de encima) y porque quisieran saber si los perdonarías. Así que las señales de alerta roja suelen ser muy evidentes:
-Él se perfuma más y come menos (porque ya comió con la amante).
-Ya ni te toca…o – al contrario- le agarran ataques de pasión desenfrenada, para que no sospeches nada.
-No se ofende si te gastás todos los ahorros de la familia en irte al Caribe con dos amigas.
-Responde a su celular en el baño o la terraza y pega un respingo cuando suena. No lo despega de su cuerpo ni te deja tocarlo.
-Cambia la clave de su notebook y ya no te pide que le chequees sus mails.
-Tiene reuniones de trabajo que terminan a las 2 de la mañana.
-Te da varias versiones de un mismo hecho. Cuando un marido dice la verdad, la versión siempre es la misma, tan aburrida que ya ni querés escucharla.
-Empieza a hablar de recetas de daiquirís (cuando nunca toma tragos largos) y de cine iraní (cuando lo único que mira en pantalla es fútbol).
-La boca miente, pero el cuerpo no: da infinidad de señales corporales de que está mintiendo, como cruzarse de brazos al hablar, no mirar a los ojos, o mirar demasiado fijo para que no creas que te rehúye la mirada.
-Se ríe de tu pregunta o tose antes de responder (para darse tiempo a inventar algo) y te acusa a vos para defenderse ante tus sospechas.
-Si te dice “Yo no miento” o “ ¿Creés que miento?”…¡es que miente!. (Nadie que diga la verdad recuerda la palabra “mentira”.)
-Empieza a practicar tenis todos los sábados a la tarde…y vuelve con la ropa de tenis impecable. O sale “a correr”…y no transpira.
-Un marido fiel es un chinchudo de tiempo completo…pero un infiel no se queja ni de que lo alimentes con comida para perros.
De todos modos, no hace falta analizar mucho la cosa. Cuando alguien te engaña, una ya lo sabe. Hay que hacerle caso a la intuición: si sentís que pasa algo, es que algo pasa.
Por Ana von Rebeur (humorista y escritora)