Transculturación: Un Mal que Carcome Nuestra Identidad
El proceso de globalización, las nuevas tendencias de moda, la música y el impacto de la tecnología en la vida cotidiana de nuestro país han provocado un fenómeno socio-cultural, denominado “transculturación”. En esta ocasión conoceremos un poco de este mal social que carcome de forma continua los rasgos culturales de la República Dominicana.
La migración a países más desarrollados y la influencia de los medios de comunicación, son los principales factores de la pérdida de la cultura original dominicana. Se trata de un problema que resulta preocupante en la preservación de lo que somos como país, nuestras costumbres y tradiciones.
Los dominicanos, somos el resultado étnico de la confluencia de tres razas diferentes, aborígenes, españoles y africanos. De estas conservamos religión, música, arte y costumbres. Sin embargo, debido a que en las últimas décadas hemos recibido un impacto de la cultura anglosajona y de otros países, nuestra propia cultura corre peligro.
Es lamentable, que la sociedad dominicana adopte otras costumbres, negando en el proceso su propia identidad. Ejemplo de ello, es la evolución de la música en la que se han adaptado ritmos propiamente extranjeros, la vestimenta pero sobre todo en el lenguaje. Hoy por hoy, el inglés está presente en nuestro español de manera continua con palabras que ya nos parecen nuestras, sin que nos demos cuenta. Lógicamente como país turístico, el inglés y otras lenguas son necesarios para las relaciones económicas, pero no al grado de infiltrarse en nuestro diario vivir.
Otra de las muestras de transculturación, son las celebraciones de fiestas no propias de la dominicanidad como “Acción de Gracias” o el Halloween, cuya connotación anti bíblica debemos rechazar. Mientras estas prácticas, “inocentes y modernas” como muchos las consideran, tienen lugar, la dominicanidad se opaca progresivamente, corriendo el riesgo de olvidar “lo que somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos”.
Es momento de crear consciencia sobre la necesidad de mantener nuestra identidad, somos hijos de la única Patria que ha puesto el nombre de Dios en su bandera, y debiéramos estar orgullosos de ser dominicanos. Es cierto que nuestro país no vive sus mejores momentos y que a veces la migración hacia otras naciones, nos resulta una alternativa, pero aun en esas circunstancias es necesario mantener vivo, lo que somos como país, como cultura.
No seamos negativos, en que esto es algo que ya no puede solucionarse, si empezamos por nosotros mismos a recuperar lo que somos, estamos a tiempo. Valoremos nuestra dominicanidad porque “Vivir sin Patria es lo mismo que vivir sin Honor”.