Tras el 8 de marzo: Matar menos mujeres no es orgullo para nadie
Ha pasado el 8 de marzo y los medios de comunicación se han llenado de actos y declaraciones sobre el valor y la trascendencia de la mujer, entregándoles con justicia reconocimientos y montando homenajes, se han producido todo tipo pronunciamiento de organizaciones y personalidades políticas, casi todas provenientes de hombres, género que sigue, pese a los pronunciamientos, dominando las cúpulas y las candidaturas a los puestos cruciales.
Pero más a fondo de la espuma y de las placas, y de los homenajes en Palacio y Ministerios, en cooperativas y empresas privadas, más allá de todo discurso y toda proclama, las mujeres siguen siendo asesinadas por los hombres que se siguen creyendo dueños y horca y cuchillo de la vida de quienes consideran propiedad particular.
En 2011, 231 mujeres fueron asesinadas, mientras que dos años más tarde, en 2013, fueron 86 los feminicidios. Y al parecer nos alegra que hayan sido menos las mujeres asesinadas.
Los reportes de prensa siguen dando cuenta de la lacerante corriente de sangre femenina que sigue corriendo, uno de cuyos casos se origino la pasada semana en el disgusto de un marino (no importa ahora la nacionalidad ya que el machismo no tiene barreras nacionales o de clase, es un factor transversal que recupera en sus ácidos, desde un jornalero dominicano hasta un destacado atleta para olímpico de Sudáfrica, o a maridos artistas de estrellas pop o a millonarios locales o internacionales que encuentran en la agresión, casi siempre mortal, a la mujer, una compensación a su incapacidad de adecuarse al desarrollo y el potencial de la población femenina, cada vez mas auto-suficiente y cada vez en mayor capacidad de hacia viable su capacidad de resolución tanto de lo cotidiano como de las cuestiones cruciales de la vida pública.
Cierto que el número de feminicidios se ha reducido desde las 230 sacrificadas por la pasión y el sinsentido posesivo machista, hasta las 86 registradas el pasado 2013.
Graciela de la Cruz, directora de Centro de Solidaridad para el Desarrollo de la Mujer, – socióloga y feminista- asegura que sería consuelo absurdo el felicitarse porque ha descendido el número de mujeres muertas.
“No existe ninguna razón para que se produzca una muerte mas a nombre de la violencia irracional de los hombres, que nos siguen considerando material desechable cuando tomamos una decisión de terminar relaciones, muchas veces cansadas de soportar el maltrato” afirma de la Cruz.
Sergia Galván, de la Colectiva Mujer y Salud, entiende que todavía existen muchas fallas en los mecanismos de protección de las mujeres, porque la legislación aun privilegia a los agresores.
“Hemos acordado una agenda feminista para los próximos en un paso que nuestro sector no había dado nunca, de modo que podamos avanzar con metas claras, recogiendo las experiencias que durante ya muchos años hemos acumulado”. dice Galván.
Feminicidios
2005:180
2006: 177
2007: 173
2008: 204
2009: 199
2011: 230
2012: 98
2013: 86