Un análisis de sangre permitiría diagnosticar el cáncer de próstata
Un análisis de sangre podría servir para diagnosticar el cáncer de próstata, ya que permitiría a los médicos rastrear la huella genética que el tumor deja sobre las células afectadas, informó hoy la revista médica “The Lancet Oncology”. Con este test, los investigadores pueden observar si los genes del paciente han sufrido alguna alteración atribuible a la presencia de un tumor de próstata, una enfermedad que en muchas ocasiones tarda años en manifestar sus síntomas.
En la actualidad, los médicos realizan una biopsia para determinar la agresividad del tumor, pero los científicos esperan que en un futuro este tipo de análisis proporcione datos más precisos que la biopsia.
Un equipo de científicos del Institute of Cancer Research de Londres probó este test en 94 pacientes y fue capaz de dividirlos en varios grupos a partir de los resultados del análisis.
Los investigadores lograron así diferenciar al grupo de pacientes con peor pronóstico y mayor mortalidad, que sobrevivieron de media nueve meses en comparación con los veintiún meses del resto de participantes del estudio.
El test volvió a aplicarse luego a otros setenta pacientes, y se hallaron nueve genes con los que identificar con precisión a aquellos que tenían menos probabilidad de sobrevivir al cáncer.
En Estados Unidos, científicos del Dana-Faber Cancer Institute y del Memorial Sloan-Kettering Cancer Centre han investigado un análisis similar, también para casos de cáncer de próstata, y han descubierto seis genes con los que dividir a los pacientes en dos grupos según el nivel de gravedad.
Según Malcolm Mason, investigador de la organización benéfica británica Cancer Research UK, estos resultados son “importantes” porque el análisis no sólo ayudará a identificar a los pacientes con peor pronóstico, sino que servirá para elegir el tratamiento más eficaz para cada uno de ellos.
En el Reino Unido, el tumor de próstata es el cáncer más frecuente entre los hombres y afecta a una cuarta parte de la población masculina británica.
Cada año se diagnostican en este país 35.000 nuevos casos y más de 10.000 hombres mueren a causa de la enfermedad.