Un solo rostro para el Padre de la Patria Juan Pablo Duarte
Ese día, con el Congreso reunido en Asamblea Nacional y la presencia de los miembros de la comisión encargada del Bicentenario de Juan Pablo Duarte (1813- 1876), el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez cortará la cinta de honor que dejará inaugurada la exposición.
Para la muestra, que contó con la curaduría del crítico de arte Abil Peralta Agüero, fueron seleccionadas 30 de las 90 obras que conforman el banco de imágenes.
En el Congreso permanecerá abierta al público hasta el 28 de febrero, un día después de la Rendición de Cuentas del Presidente de la República.
Todo esto ha contado el artista a LISTÍN DIARIO mientras se mueve por su taller (repleto de cuadros de todos los tamaños con la imagen de Duarte), algo exaltado, porque esta colección significa más que un anhelo para él.
¿Por qué la hizo? ¿Qué y quién le inspiró? Al principio, todo se debió a una espinita que ha molestado a Núñez desde pequeño.
“Visitando las instituciones oficiales, veía una dicotomía en la imagen de Duarte: muy diferentes unas de las otras. Fue una preocupación que tuve siempre. Y también tenía la vocación, dentro de la pintura, de desarrollar el retrato, todo esto acompañado de una sensibilidad social, porque desde niño siempre me inquietó el martirio de los grandes hombres. La vida de nuestros grandes próceres, en el caso de nuestros padres fundadores, no fue fácil. Fue tormentosa y tenemos ejemplos de sobra. Pero el más dramático, el que tuvo que padecer un viacrucis, un calvario, fue nuestro padre fundador, Juan Pablo Duarte”.
Pero fue el profesor Juan Bosch, a que le unía una gran amistad, quien al final se lo propuso. Un día de 1999, mientras trabajaba en el retrato que le hiciera al expresidente, Bosch le dijo: “Miguel, ¿por qué no pintas a Duarte”.
“Yo le respondí que las cosas que veía de Duarte como que no me agradaban para hacer un retrato. Entonces él me señaló que existía una foto original de Duarte, la que hizo Próspero Rey. No le puse mucho caso, pero años después me seguí interesando, investigué y vi que sí existía la foto de Rey, tomada al patricio tres años antes de morir, en 1873, por estímulo de su hermana Rosa Duarte”, explica.
A partir de una imagen
Núñez dice que tomando como base esta foto y respetando las técnicas del retrato comenzó su trabajo, interesado sobre todo en cómo deberían los dominicanos (especialmente los niños y jóvenes) ver a Duarte.
“Al mismo tiempo comencé en serio a estudiar la vida de Duarte, a conocerlo, porque con Duarte ocurre lo que con la Biblia: que todos hablan de ella pero pocos la han leído. Pocos saben en esencia quién fue Duarte y qué fue lo más importante que hizo”, expresa.
El artista nacido en Santo Domingo en 1959 señala que con esa inspiración pintó al Duarte del conocimiento, al Duarte vinculado a los libros, vinculado a la bandera nacional y a la ciudad intramuros.
Lo vistió con trajes de colores y lo sentó, lo paró, lo puso a leer y a reflexionar, “obviamente respetando el parecido con la foto, porque la verdad hay que decirla: la única documentación histórica gráfica es esa imagen de Próspero Rey”.
¿Algún cambio? Pues sí. Como Duarte tenía 60 años cuando le tomaron la foto, y se encontraba ya muy enfermo, Núñez apunta que en sus cuadros quiso que luciera con una edad promedio de 55 años.
“A nuestros héroes queremos verlos llenos de vida”, sonríe. Mientras pintaba a Duarte, confiesa Núñez: “Sentía, quizá por primera vez, que mi pintura, mi trabajo iba a ser útil de una manera concreta, no sólo para el deleite de la belleza de los ojos, sino que estaba produciendo para educar a la sociedad. Además, con el sueño que tenemos todos los aristas, me sentía con la ilusión de estar dejando un legado”.
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¿CUÁL ES EL DESTINO DE LA COLECCIÓN?
“En esta etapa mi interés es que la imagen de Duarte sea conocida. Me gustaría que uno de los cuadros esté en el trance del metro llamado Juan Pablo Duarte; que esté en los aeropuertos del país, para que nuestra diáspora, cuando toque suelo dominicano con lo primero que se encuentre sea con el fundador de la República”.
Con relación a las escuelas, Núñez propone que se impriman litografías y se coloquen en las aulas, “para que los niños crezcan conociendo al Duarte parecido a ellos, vinculado con los libros”. Todas las pinturas fueron trabajadas al óleo. La colección contiene obras de todos los tamaños porque, como señala Núñez, en el país hay espacios solemnes y dignos de un cuadro de Duarte de gran altura. El formato más grande que ha enmarcado el pintor es de 115 pulgadas de altura por 70 de ancho.
“Y los marcos de los cuadros de formatos grandes, para darle dignidad a los lienzos, son de caoba, porque pretendo que por la calidad del material que usé, esos cuadros vivan con los siglos”.
Por: Yaniris López
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