Una dieta saludable y equilibrada es clave para restaurar la microbiota intestinal

Seguir una dieta saludable y equilibrada es la mejor opción para restaurar la microbiota intestinal después de consumir antibióticos, con un éxito superior al de los trasplantes de microbiota fecal (TMF).
Comúnmente realizados para corregir desequilibrios microbianos, según revelaron investigadores de la Fundación Simons, la Universidad de Chicago, el laboratorio nacional Argonne (Estados Unidos) y la Universidad China de Hong Kong.
«Actualmente, se hace mucho hincapié en tratar un microbioma empobrecido con métodos como trasplantes fecales, pero nuestro estudio demuestra que esto no tendrá éxito sin una dieta saludable y, de hecho, una dieta saludable por sí sola aún lo supera», afirmó la vicepresidenta ejecutiva de la división de Ciencias de la Vida de la Fundación Simons, Joy Bergelson.
El trabajo partió de la evidencia conocida sobre el perjuicio que la dieta occidental, caracterizada por una alimentación alta en grasas y baja en fibra, tiene en el microbioma.
En este sentido, la primera autora del artículo, Megan Kennedy, se sorprendió de que nadie estuviera estudiando seriamente el impacto de esta dieta común entre los estadounidenses en un microbioma que se recupera de un deterioro.
En este contexto, el equipo investigador alimentó durante varias semanas a algunos ratones siguiendo un patrón de dieta occidental, mientras que otros fueron alimentados con una dieta saludable y equilibrada en nutrientes. Posteriormente, se deterioró el microbioma de los ratones mediante antibióticos y el equipo monitoreó su recuperación.
Según los hallazgos, después de una semana, el microbioma intestinal de los ratones que siguieron la dieta saludable se restauró hasta un estado casi normal. Por su parte, el microbioma de los ratones con la dieta occidental permaneció completamente destruido y nunca volvió a su estado inicial.
El trabajo explica que una dieta rica en azúcares simples no favorece el desarrollo de una comunidad microbiana diversa.
Normalmente, los ecosistemas microbianos se forman mediante un proceso secuencial en el que, primero, algunos microbios descomponen carbohidratos complejos, produciendo subproductos que otros organismos utilizan para crecer y prosperar.
Este ciclo se repite, creando una red vibrante e interconectada de organismos que dependen unos de otros para mantener su comunidad.