Una hormona que controla la obesidad tiene también un efecto protector sobre el corazón
El cuerpo humano contiene miles de pequeñas “máquinas” maravillosas. Poco a poco, la ciencia va descubriendo cómo funcionan y cómo nos cuidan. Es el caso de la FGF21, una hormona que es clave para controlar la obesidad, pero que, además, tiene efectos cardioprotectores.
– La hormona FGF21 es clave para controlar la obesidad y es cardioprotectora.
– Los ratones a los que se anuló el gen de esta hormona mostraron un cuadro de patologías cardíacas que no se presentó en el resto.
– Es una investigación del CIBERobn, dirigida desde la Universidad de Barcelona.
Lo ha descubierto un equipo de científicos de la Universidad de Barcelona, dirigido por el doctor Francesc Villaroya. Su trabajo abre nuevas fronteras al conocimiento de control metabólico de las vías de señalización molecular de la diabetes, la obesidad y la inflamación del tejido adiposo. Así, podría contribuir a establecer nuevas estrategias terapéuticas para el tratamiento común de las alteraciones metabólicas.
El equipo del doctor Villarroya descubrió en 2010 que la hormona de crecimiento de fibroblastos 21 (FGF21), liberada por el hígado en respuesta a los lípidos de la dieta, era un factor endocrino con un papel clave en el metabolismo energético como agente antidiabético y antiobesidad y activaba la termogénesis del metabolismo del tejido adiposo marrón, responsable de la generación de calor en el organismo.
Esta hormona la produce el hígado y también el corazón en situaciones de estrés fisiológico
Villarroya explica que “una de las principales contribuciones del nuevo trabajo es describir que la FGF21 tiene una función protectora contra la hipertrofia cardíaca en ratones de laboratorio”. Los investigadores compararon la función cardíaca de un grupo de ratones a los que se privó del gen codificado de la hormona FGF21 y de otros que lo conservaban.
El resultado fue que los ratones a los que se anuló el gen mostraron un cuadro de patologías cardíacas, comprobadas a través de ecocardiografías y electrocardiogramas, que no se presentó en el resto de los ratones.
El estudio también ha demostrado que esta hormona no sólo puede producirse en el hígado sino que el corazón también tiene capacidad de producirla en situaciones de estrés fisiológico.
Se sabía que el hígado, el músculo esquelético y el tejido adiposo marrón sintetizaban la FGF21 para acelerar la captación de glucosa y el metabolismo energético, pero en esta investigación “hemos constatado por primera vez que el músculo cardíaco también produce este factor de manera endocrina”, dice Villarroya.
La investigación, que publica Nature Communications, la han realizado especialistas del Instituto de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) del grupo dirigido, desde la Universidad de Barcelona, por el doctor Villarroya.