Una terapia basada en virus acaba con la bacteria que causa el acné de forma natural
Es un problema que afecta a un gran número de personas, pero el acné todavía no tiene un tratamiento que sea eficaz. De hecho, el Centro de Dermatología de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) realizaron una revisión de los casi 50 productos disponibles en las farmacias, y encontró que ninguno era plenamente efectivo.
Como explica Eroski/Consumer, el acné es una afección inflamatoria de la piel que se manifiesta en forma de granos en la cara, pecho y espalda y está provocada por una secreción excesiva de sebo.
El sebo es la grasa que la piel secreta de forma natural para mantener un estado óptimo de hidratación, pero suexceso puede causar el taponamiento de los poros que facilita la infección. La bacteriaPropionibacterium acnes, que vive de manera natural en la piel, es la responsable de la infección cuando se cruza con un poro obstruido.
Ahora, una nueva terapia con virus promete acabar con el acné. Investigadores de la Universidad de Pittsburg en colaboración con la Universidad de California aislaron de la piel de pacientes con y sin acné diferentes virus que se encuentran de forma natural y luego los secuenciaron, dando con 11 candidatos que servirían como agentes terapéuticos.
Estos virus reciben el nombre de “fagos” y atacan solo a bacterias, de modo que son inocuos para los humanos. Lo que les hace especiales es su capacidad de generar una proteína (enzima) que rompe la pared celular bacteriana y, por tanto, causa la muerte de la bacteria. Además, son virus muy específicos que, al contrario de los antibióticos, solo atacan a un pequeño grupo de bacterias, en este caso, las responsables del acné.
Por otro lado, los autores del trabajo –publicado en la revista de la American Society for Microbiology– encontraron que estos virus son muy parecidos entre ellos y comparten un 85% de similitud en su secuencia de ADN, hecho muy poco común. Esto es positivo porque reduce de manera considerable la probabilidad de desarrollo de cepas de bacteria resistentes.
Los científicos de Pittsburg y California explican que el descubrimiento plantea dos estrategias distintas: por un lado, se podría utilizar el virus entero como agente terapéutico y, por otro, se podrían aislar algunos de sus componentes y utilizarlos según sus propiedades.