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‘¿Marihuana?… No me acuerdo’
Posted On 05 Mar 2012
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Que el consumo de cannabis altera la memoria no es un secreto para la ciencia, ni tampoco para los usuarios de esta droga. Sin embargo, los efectos de la marihuana sobre las células cerebrales siguen arrojando resultados novedosos.
El último puede leerse esta semana en la revista ‘Cell’, donde un grupo de investigadores franceses y chinos explica cómo se las ingenia la marihuana para alterar la memoria espacial a corto plazo (la que nos permite procesar el contexto que nos rodea).
Y es que, al contrario de lo que se pensaba hasta ahora, el principal ingrediente activo del cannabis (el tetrahidrocannabinol o THC), no altera directamente las neuronas, sino que actúa uniéndose primero a otro tipo de células cerebrales, los astrocitos. Pedro Grandes, de la Facultad de Medicina del País Vasco, y uno de los firmantes, subraya que una de las novedades del estudio radica en el hallazgo de ese mecanismo, “porque hasta ahora ya se sabía que la exposición aguda al THC provoca alteracioens de la memoria”.
Como explica a ELMUNDO.es Manuel Guzmán, presidente de la Sociedad Española de Investigación sobre Cannabinoides, el hallazgo tiene sobre todo gran importancia a nivel básico. “Es la primera vez que se demuestra que los efectos del cannabis en la memoria a corto plazo no están mediados directamente por las neuronas”, aclara. Sino que, como si de una escalera se tratase, el THC se une a los receptores de cannabinoides que hay en la superficie de los astrocitos; éstos segregan una sustancia denominada glutamato y éste, a su vez, se liga a los receptores de glutamato de las neuronas. Es decir, dejando al margen de este ‘juego’ a los receptores de cannabis de las neuronas.
El andamio cobra protagonismo
El estudio, encabezado por Giovanni Marsicano, del instituto francés de investigación Inserm, refuerza por primera vez el papel de esas células cerebrales estrelladas (los astrocitos o astroglios) en los efectos del cannabis; “pero deja abierto de momento porqué la droga se liga a unos receptores y no a otros”.
En el estudio, llevado a cabo con ratones, se empleó una dosis muy elevada de THC, unos 5mg por cada kilo, cuando un porro ronda los 30 mg (es decir, unos 0,5 mg por kilo para un sujeto de unos 70 kg). Por eso, entre otras razones, Guzmán es más cauto a la hora de extraer conclusiones clínicas del ensayo. “Podríamos plantearnos tratar selectivamente unos receptores u otros para tratar problemas de memoria en pacientes con Alzheimer, pero ésa es una posibilidad muy lejana de momento”.
En lo que sí incide esta investigación es en la importancia que cada vez están adquiriendo los astrocitos dentro de la población de células que componen nuestro cerebro. Por cada neurona, existen dos células de glia en nuestro cerebro, de las cuales, los astrocitos son las más numerosas. Hasta ahora se consideraban un mero ‘pegamento’ o andamiaje, pero “en la última década se ha acumulado la evidencia que demuestra que juegan un papel más activo en las conexiones entre neuronas [como ya demostraron investigadores españoles]”, afirma el trabajo de ‘Cell’.
ElMundo.es