Errores más comunes en las madres primerizas
Porque no existe una escuela, maestro o guía que te enseñe a ser padre, y porque los bebés tampoco traen un instructivo bajo el brazo, es que muchas veces las mamás y papás dudan de su capacidad para encargarse de la vida de otro ser humano, y es que no se trata de cualquier persona, sino de su hijo.
Hablando específicamente de las mujeres, que son las que generalmente se encargan, la mayor parte del tiempo, del cuidado de los bebés, es que hay ocasiones que determinadas situaciones se les pueden salir de control y cometer errores que ellas piensan son lo más sano o adecuado para su hijo, pero que en realidad puede llegar a perjudicarlos.
Esto sucede primordialmente en mamás primerizas, pues, como ya lo mencionamos, nadie te enseña a ser madre; es por eso que De10.mx, con información de los sitios nosotras.com yguiainfantil.com, enlista los errores más comunes que cometen con su primogénito.
Dudar sobre tu capacidad de ser mamá. La verdad que las mujeres están diseñadas para tener, criar y cuidar a sus hijos; es decir, el instinto maternal es algo natural que se irá desarrollando con el tiempo, por lo que tú nunca debes dudar acerca de tu capacidad de ser madre, sino confiar en ti y en lo que podrás enseñarle a tu pequeño.
Dejarte influenciar. Cuando eres una mamá primeriza es muy común que todos te den consejos y te cuenten las experiencias vividas con sus propios hijos, y lo hacen con la mejor intención, pero recuerda que cada historia es diferente y cada organismo también, por lo que es mejor acudir con tu pediatra en caso de dudas respecto a enfermedades y en general, sobre tu bebé.
Tener a tu bebé en una burbuja. Hay ocasiones en que quisieras que nadie tocara a tu hijo por temor a que se enferme o le hagan daño, pero la realidad es que tu pequeño debe conocer su entorno, y eso incluye el contacto con las personas; es inevitable que en alguna ocasión se enferme, pues es parte de su crecimiento.
Higiene excesiva. Durante los primeros tres meses de vida es bueno esterilizar todo lo que toca el bebé, pero a partir del segundo trimestre ya puedes relajarte un poco con el tema de la esterilización, manteniendo siempre limpios los objetos con los que esté en contacto; ya que así le ayudarás a crear sus propias defensas y a protegerse de alergias futuras.
Bañarlo todos los días. No es recomendable que el bebé tome baños cada día, pues el manto lipídico de su delicada piel se altera, lo que puede producir sequedad y rozaduras. Con tres veces a la semana, el bebé mantendrá una higiene perfecta.
Abrigarlo demasiado. Es verdad que los bebés deben estar abrigados, protegiéndolos de los cambios bruscos del clima, pero si en la casa la temperatura ronda los 20-22°, el niño puede estar vestido con un mameluco de algodón que le cubra los pies sin ningún problema, y sin la necesidad de que esté envuelto con 10 cobijas. Si el bebé tiene frío, sus manos y sus pies estarán fríos o un poco amoratados. Si suda por la parte del cuello y la cabeza, es que tiene calor.
Silencio total en casa. Es común que mientras el bebé duerme las mamás no quieren que ni una mosca pase porque el ruido lo puede despertar, pero como señala primeriza.elembarazo.net, a partir del mes y medio de nacido, el bebé puede percibir los ciclos de luz y oscuridad, y estará más predispuesto a dormir por la noche. Por eso, hay que habituar al niño a percibir la luz del sol y los ruidos cotidianos de la casa cuando es de día. Además, si hay un silencio absoluto cuando el niño duerme, se sobresaltará con cualquier ruido.