Un químico presente en los plásticos puede provocar obesidad
Los ftalatos, explica la universidad en su web, son sustancias químicas que se encuentran en todo, desde productos de plástico para jabón hasta el esmalte de uñas: le dan al plástico su flexibilidad. Pero cada vez más investigaciones muestran que estos productos químicos podrían estar dañando la salud de las personas, dice la autor principal del estudio Lei Yin, asistente de investigación científica en el departamento de ciencias de la salud ambiental de la Facultad de Salud Pública de la universidad.
“La exposición a los ftalatos puede estar estrechamente asociada con el surgimiento de diferentes tipos de enfermedades”, dice Yin.
Debido a que se encontraron niveles de ftalatos en fluidos humanos en estudios anteriores, los investigadores querían ver si un ftalato específico, el ftalato de bencilo y butilo, o BBP, tenía un efecto sobre la acumulación de grasa en las células. Sus hallazgos fueron publicados en Toxicology in Vitro.
Los investigadores utilizaron células de ratón para crear modelos in vitro y analizar cómo afectaba la exposición al BBP a la forma en que las materias grasas, conocidas como lípidos, se acumulaban dentro de las células.
“Por supuesto que los componentes genéticos pueden contribuir al desarrollo de la obesidad”, dice el coautor del estudio Xiaozhong “John” Yu, profesor asistente de ciencias de la salud ambiental. “Sin embargo, la exposición ambiental también puede contribuir.”
Algunos ftalatos han demostrado causar toxicidad reproductiva a altos niveles de exposición, pero el efecto de la exposición de bajo nivel a BBP todavía no se había explorado a fondo, explica Yin. “Podría ser que algunos productos químicos en una dosis muy baja y durante un largo período de tiempo, lo que se conoce como exposición crónica, causaran enfermedades o efectos más nocivos”.
Los investigadores cuantificaron la acumulación de gotas de lípidos utilizando enfoques tradicionales de tinción, en los que se tiñen las células y por lo tanto se pueden evaluar visualmente bajo un microscopio, y un enfoque más nuevo llamado celómica de análisis de alto contenido. Este análisis utiliza “algoritmos de procesamiento de imágenes y aprendizaje de máquinas y puede medir múltiples parámetros de una forma rápida y objetiva”, dice Yin.
Los resultados de los efectos del BBP se compararon con los delbisfenol A o BPA, un disruptor endocrino del medio ambiente que es conocido por su papel en la adipogénesis, es decir, en cómo se desarrollan las células de la grasa.
El BBP causó una respuesta en las células similar a la del BPA: Ambos productos químicos impulsan la acumulación de gotas de lípidos. Sin embargo, las gotitas de las células tratadas con BBP eran más grandes, algo que sugiere que la exposición a BBP puede conducir a la obesidad.
Aunque los resultados no se pueden generalizar a la población humana -Yu recuerda que las células utilizadas eran células de ratón y “un humano no es un ratón grande”-, indican una posible relación entre la exposición al BBP y la obesidad, algo que podría afectar a la salud humana.
Yin dice que le gustaría explorar las relaciones entre otros productos químicos ambientales y la obesidad en estudios futuros. También está interesada en aprender si ciertos productos químicos a base de plantas podrían contrarrestar los efectos negativos de la exposición a productos químicos más dañinos.