La policía brasileña retira a dos nadadores estadounidenses de su avión
La policía brasileña detuvo el miércoles a dos nadadores olímpicos estadounidenses a bordo del avión en el cual se disponían a regresar a su país, en medio de crecientes dudas sobre su relato de que fueron asaltados en Rio de Janeiro por presuntos agentes junto a otros dos colegas.
El misterio sobre qué sucedió a los cuatro nadadores, que dijeron haber sido asaltados al salir en taxi de una fiesta en la madrugada del domingo, aumenta después de que la justicia calificara sus testimonios como “contradictorios”, e intenta retenerlos en Brasil para aclarar lo sucedido.
“Jack Conger y Gunnar Bentz fueron detenidos la noche del miércoles justo antes del despegue de su vuelo desde Rio”, dijo Patrick Sandusky, portavoz del Comité Olímpico de Estados Unidos, en una declaración enviada a AFP.
Algunas horas después “fueron liberados por las autoridades locales” para continuar el jueves los esclarecimientos sobre el episodio, agregó el portavoz.
Los dos nadadores removidos del avión prestaron declaraciones en la sede de la policía en el aeropuerto y en la madrugada abandonaron las instalaciones en un automóvil en medio de un gran movimiento de periodistas, señaló un periodista de AFP.
Ambos atletas fueron convocados para presentarse en la mañana de este jueves en los locales del departamento turístico de la policía de Rio.
El Departamento de Estado de Estados Unidos afirmó a AFP que está “listo para proporcionar toda la asistencia consular necesaria”, según su portavoz John Kirby.
– Pasaportes retenidos –
Una jueza brasileña, Keyla Blanc, ya había ordenado el miércoles que otros dos nadadores olímpicos estadounidenses que denunciaron haber sido asaltados a mano armada por hombres vestidos de policía, Ryan Lochte y James Feigen, sean impedidos de dejar el país tras surgir dudas en torno a su acusación.
“Con eso, tienen prohibido abandonar el país”, indicó una nota del tribunal.
Reportes no confirmados de la prensa local señalan que Lochte ya dejó Brasil. La policía de Rio no respondió por ahora a consultas sobre esto.
“Feigen también se está comunicando con las autoridades locales y pretende hacer nuevas declaraciones en relación al incidente el jueves”, dijo a AFP el portavoz del comité olímpico estadounidense.
– Protocolo de seguridad –
El Comité Olímpico de Estados Unidos rechazó el miércoles más temprano informar sobre el paradero de los atletas, pero confirmó que la policía brasileña fue a buscar a los nadadores a la Villa Olímpica.
“La policía local llegó a la Villa Olímpica esta mañana (miércoles) y pidió reunirse con Ryan Lochte y James Feigen y retener sus pasaportes con el objetivo de asegurar que presten nuevos testimonios”, declaró Sandusky.
“El equipo de natación dejó la Villa después de que su participación terminó, así que los atletas no se presentaron. Además, como parte de nuestro protocolo de seguridad, no informamos públicamente sobre sus planes de viaje y por eso no podemos confirmar su ubicación actual”, agregó.
Lochte sostuvo en su declaración a la policía que él y sus tres compañeros fueron asaltados a mano armada por hombres vestidos de policías que detuvieron su coche cuando salían en taxi de una fiesta en la Casa Francia, en horas de la mañana del domingo, rumbo a la Villa Olímpica.
Lochte dijo que fue apuntado con un arma en la cabeza durante el asalto, mientras el taxista fue obligado a abandonar el vehículo y los criminales les obligaron a tenderse en el piso para robarles.
“El hombre sacó el arma y me apuntó a la frente diciendo ‘bájate’,” declaró después Lochte. “Se llevó mi dinero y mi billetera, dejó mi teléfono y mis credenciales”.
Pero la justicia subraya la existencia de “posibles divergencias en el relato de los nadadores” y las autoridades de Rio-2016 dicen que la policía aún está intentando localizar testigos, incluido el conductor del taxi en que los nadadores dijeron que se trasladaban.
Los atletas no coinciden por ejemplo en el número de asaltantes y regresaron a la Villa Olímpica con sus relojes y sus teléfonos móviles o billeteras, según imágenes de las cámaras de seguridad filtradas a la prensa.
“Las supuestas víctimas llegaron con su integridades físicas y psicológicas inalteradas, incluso bromeando unos con otros”, afirmó la jueza.
Rio de Janeiro enfrenta niveles crónicos de inseguridad y violencia urbana alimentados por el narcotráfico y la pobreza de gran parte de sus habitantes. Un promedio de casi cinco personas por día mueren de forma violenta en la ciudad.
Unos 85.000 policías y militares, el doble que en Londres-2012, han sido desplegados para los Juegos Olímpicos, que finalizan el domingo.